La sorpresa de papá: Tanto el padrastro como yo compartimos formas y alcances de cumplir nuestros deseos sexuales en el bosque

Mi padrastro y yo, los conocedores de alguna manera prohibida seducción del fruto prohibido, vamos al bosque. Él quiere desentrañar mi figura, pasando sus grandes manos por mis grandes y saludables tetas, mientras yo busco su boca con mis labios. Nuestros apetitos siguen siendo primitivos, nuestra atracción prepara el escenario para una aventura torbellina que se acerca a capturar la belleza de un lugar así.